Otra vez monologo barcelonista en tierra merengue. Los madridistas están hartos de "palmar" ante el eterno rival y motivos no le faltan ya que Guardiola nunca ha perdido un partido en el Santiago Bernabéu.
Partido difícil con un planteamiento inaudito del entrenador madridista, ya que salía con notables ausencias en su once inicial como la de Marcelo en el lateral izquierdo; con jugadores en bajas condiciones físicas como la de Carvalho tras estar cuatro meses de baja por lesión; apostando por el tan criticado tribote con Lass y Pepe acompañando a Xabi Alonso.
Planteamiento defensivo y con los tres hombres gol del Madrid para cosechar alguna que otra contra, naturalmente el único gol de la escuadra merengue sería de Cr7. El Barcelona tranquilo y sin fallar a su estilo de juego hizo el resto, primero mediante una jugada ensayada en la que el testarazo de Puyol ante una malísimo marcaje de Pepe, en el siguiente apareció el de siempre.
El actual Balón de oro dejaba con un pase por arriba de la zaga madridista, totalmente solo a Abidal, el cual, batía sin problema a Casillas y nos deleitaba junto a Alves con el bailecito de “Ai se tu pego”.
Si el partido se tuviera que comparar con algo, claramente sería con una moneda: La cara se corresponde con la filosofía y estilo de juego blaugrana, así con el recital de Iniesta, Xavi, Alexís y compañía. La cruz se corresponde con la carnicería de él que estaba situado desde el principio en el ojo del huracán, como no: Pepe. Sin duda, el luso se pasó. Fingiendo una agresión, repartiendo palos, pisando manos y dejando la imagen del Club Blanco por los suelos. Por lo menos esta es nuestra visión, totalmente desigual a la de su técnico.
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